30/9/11

non tutto ciò che luccica non è oro..
Esta es la historia de un muchacho que se acercó a su maestro y le dijo:
- "Maestro, necesito su ayuda, siento que nadie me hace caso, nadie me toma en serio, y nadie valora lo que digo y hago. ¿Usted cree que me pueda ayudar?".
El maestro le contestó:
- "Primero tengo que resolver mis problemas, pero si me ayudas a hacerlo, después resolveremos el tuyo."
El muchacho lo miró y le contestó con palabras cortadas y sintiendo una vez más el desprecio y la falta de interés que los demás mostraban a sus problemas, aun así dijo:
- "Está bien. En que lo puedo ayudar, maestro?".
El maestro le respondió:
- "Ve al mercado y vende este anillo, pero no por menos de una moneda de oro."
El muchacho montó en su bicicleta y fue al mercado, se lo enseñó a muchas personas. Unos se reían, otros le volteaban la cara al ver lo que pedía.
Al rato se le acercó un señor con deseos de ayudarlo y le dijo que podía darle unas monedas de plata, pero el joven no aceptó.
Volvió donde el maestro y le dijo:
- "Lo siento, pero no pude vender el anillo. Me ofrecieron solamente unas monedas de plata."
El maestro le dijo:
- "Vamos a hacer algo, busquemos un joyero para que lo valore y así sabremos cual es el valor real, ve al joyero del pueblo, pero escucha bien, no importa lo que te ofrezca, no lo vendas."
El chico tomo su bicicleta nuevamente y emprendió el camino a una joyería.
El joyero observó la prenda, la analizó, y le dijo:
- "Ahora mismo te doy cincuenta y ocho monedas de oro."
El joven lo miró impresionado; abrió los ojos sorpresivamente, y el joyero volvió a hablar:
- "Ahora vale eso, pero con el tiempo se podrá vender hasta en setenta monedas de oro."
El muchacho tomó su bicicleta con una sonrisa en sus labios y una alegría brotando de su rostro, fue donde el maestro y le contó todo.
El maestro solo dijo:
- "Eso es para que entiendas que solamente alguien que sepa y tenga la suficiente capacidad de pensamiento, sabrá valorar lo que eres y lo que vales."

1 comentario:

  1. siempre me gustó esta historia, los cuentos cortos con mensaje me encantan, siempre dicen cosas certeras...mucha suerte en tu nueva andadura de blogera, espero no lo dejes y seas perseverante como tu eres...un abrazo mi niña!!!

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